No hay que fiarse del aplauso de las masas ni cuando encumbran ni cuando menosprecian, pues las voluntades de las masas son muy noveleras, cambiantes y volátiles en suma, sino que se lo pregunten al que fue Presidente de la Federación de fútbol el tal Rubiales, por ejemplo Maduro está privado porque las masas le aplauden – según él- y ahora está privado porque el Vaticano, pues amparándose en la estúpida teoría de que el mandato de Maduro expira en enero, envían a un nuncio nuevo que presenta sus credenciales al presidente que perdió las elecciones. La nunciatura estaba vacante desde 2021 y tenía que ser ahora cuando la ocuparan, sin duda para respaldar al régimen de Maduro. Vaya telita.
Lo hace el Vaticano casi el mismo día en que la ONU califica los comicios del pasado 28 de julio como un fraude gigantesco y cuando México, Brasil y Colombia, los tres presidentes comunistas amigos de Maduro, López Obrador, Lula y Petro, apoyan una repetición de las elecciones, para colaborar en otro fraude monumental.
Ni se me ocurre diagnosticar la decisión de su santidad, pero se me presume demasiado fuerte, si te refieres a él como un hombre de Dios, no me encaja esa precipitación en lo del nuncio. Y también Biden, que cuando camina está planchando los calcetines, ha achacado a un error de traducción su insensatez, al pronunciarse que le parecía bien una repetición electoral (luego lo rectificó la Secretaría de Estado).
Lo peor de Venezuela es que no tiene remedio sin una fuerte presión internacional, que en este momento no llega. Todos los países que se llaman democráticos han sido tibios frente al fraude, no han reaccionado. Solo algunos dirigentes se han mojado, como los de Uruguay y Argentina –hay varios más– han condenado las trampas de Maduro y la violencia desproporcionada que ha desplegado el régimen. Han existido torturas, palizas y 27 muertos, uno de ellos muerto a palos por la Guardia Nacional. ¿Aprueba esto el Vaticano? ¿Lo aprueban Lula, López Obrador y Petro? ¿Y nosotros, los canarios, lo aprobamos?
A mí me cansa mucho Latinoamérica y su falta de respeto por la democracia. Lo de Venezuela no tenía que estar sucediendo, ante la mirada bobalicona y atónita de los Estados Unidos y la Unión Europea. Ya Putin ha enviado un barco de guerra al Caribe, lo cual es una amenaza, y China envía a Venezuela a sus técnicos informáticos para intentar – dicen- manipular las máquinas contadoras de votos del Consejo Nacional Electoral.
Y, Maduro, mientras tanto, recibiendo a nuncios papales, como espaldarazo a sus torturas y a sus disparos contra la multitud. Muy bien por Francisco, el papa que luego disfraza estos hechos con llamadas a la paz. Es lo que pasa con todos aquellos que se encierran en su despacho lujosamente amueblado y recibiendo asesores y no contrastan con la realidad lo que le pasa a sus fieles, por lo que acaban siempre por dañar a la organización que representan y sobre todo a las personas. Pero todos estos dirigentes, el Papa también lo es, son siempre largos en palabras y cortos en hechos.
LOS LUNES CON JUAN INURRA – Periódico EL DÍA
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