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¿Estado de derecho?, colorín, colorado

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Es impresentable que entre todos hayan convertido el Tribunal Constitucional en un órgano al servicio de la política antes de, como es su obligación, garante e intérprete de la Constitución. Esto es propio de república bananera y no de un Estado moderno y democrático, como ha defendido Sánchez en ese foro de Davos.

El Tribunal Supremo si que es un verdadero órgano judicial. Lo componen Magistrados de carrera y con una dilatada trayectoria, independientes, inamovibles, sometidos únicamente al imperio de la ley, es decir, profesionales de un Estado de Derecho, inspirado por una impecable Transición.

Pero lo que esta pasando ahora, hasta mi amigo Thomas – que es ingles- se da cuenta. Y es en nuestra habitual partida del sábado cuando me espeta con contundencia que nuestro Tribunal Supremo, está ahora denostado por un PSOE desnortado, sin rumbo y desconocido, no solo aquí sino en el resto de Europa, cuyo declive inició el pusilánime Zapatero y ha continuado el listo de la clase de Sánchez, que cree que jamás ha leído un libro, y que piensa que copió su tesis doctoral. Yo le añado a Thomas, que tampoco Sánchez conoce los factores inhibitorios del ridículo, ni la sensatez más elemental.

España, como Estado de derecho, ha decaído en Europa. Nuestras últimas leyes son muy difíciles de digerir y entender y no digamos de ser aceptadas por el común continental. Las órdenes de nuestros tribunales de justicia son sistemáticamente desoídas por unos foros europeos desconfiados por la influencia de los políticos en el propio Tribunal Constitucional.

Jamás vivió España tal descrédito judicial en el ámbito de la Unión Europea, todo ello derivado de la injerencia socialista en la separación de poderes que estableció Montesquieu. Lo han hecho sin pudor y sin categoría moral. Han convertido a España en un descrédito global.

Y, renunciando a su labor de garante constitucional de los ciudadanos, el Tribunal Constitucional, que no es un órgano de justicia, ni orgánicamente, ni estructuralmente. No esta compuesto por Magistrados de carrera, aunque alguno o alguna si lo sea. Los del Tribunal Constitucional son nombrados por el Senado, por el Congreso, por el Gobierno y por último por el Consejo General del Poder Judicial. Un órgano político. Así lo llaman, así lo distinguen “progresistas” y “conservadores”, como si la interpretación de la Constitución deba –o debiera conocer— de ideologías, que han llegado a su crepúsculo con este Gobierno, que no se lleva con la moral y si tiene mucho de equilibrista en un alambre cada vez mas tenso.

Ya nadie confía –sino ellos, quienes detentan ahora el poder— en un Tribunal Constitucional demasiado mediatizado y muy descarado.

Las últimas resoluciones, amparan a un ex diputado que fue condenado por una patada a un policía, y así lo ratificó el Tribunal Supremo, pero ésta es sólo la anécdota sin la menor importancia, soy sabedor que es lo que admite el Tribunal Constitucional, por experiencia propia. Lo peor es el aval futuro que tiene preparado ya para una ley de amnistía que no es constitucional y que los españoles nos vamos a tener que comer con papas, beneficiando de camino a delincuentes de alta alcurnia y de muy baja estofa, a los que se legitima con una norma que será, con los tiempos, el hazmerreír del mundo.

A los españolitos de a pie nos hierve la sangre y nos vemos solos, desamparados y atónitos antes ciertas veleidades judiciales, mientras que en la cárcel están los robagallinas, como acertadamente sentención Lesmes.

¿Y los que vulneran el Estado de derecho? ¿Y los que perpetran golpes de Estado en una región española? ¿Y los que quieren desmembrar el país? ¿Y los que son víctimas de la persecución de una Hacienda implacable? ¿Y por qué a muchos ciudadanos normales nos hacen sentir indefensos mientras se protege a ciertos políticos? ¿Qué hacer? ¿Y qué hacer con los que son incapaces de poner coto a la inmigración ilegal?

Lamentablemente, vamos abocados a nuestra quiebra como país. Digan lo que digan, como cantaría, Raphael. Así que para acabar como dicta el título, de este, colorín colorado.

LOS LUNES CON JUAN INURRA – Periódico EL DÍA
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